
El próximo noviembre se pondrá a la venta Love, un nuevo disco con las canciones de siempre de los Beatles. El álbum contiene una remezcla de algunos de sus grandes clásicos y sirve para poner ritmo al último espectáculo de la trouppe canadiense del Cirque du Soleil, que actualmente recala en el hotel Mirage, de Las Vegas (Estados Unidos). Nunca antes la música de los de Liverpool había servido para acompañar a un montaje teatral, pero la amistad que mantuvieron George Harrison y Guy Laliberté, fundador de la compañía, sirvió para que el proyecto se pusiera en marcha.
Al frente del mismo, está, como no podía ser de otra manera, el que fuera productor del grupo, George Martin, que junto a su hijo Giles, ha sido el encargado de seleccionar y enlazar los diferentes pasajes musicales que componen el disco. Así, por poner un ejemplo, A hard day's night se funde con Get back; a Within you, without you le acompaña la batería de Tomorrow never knows; y algunas frases de Penny Lane y Piggies se entrecruzan con otras de Strawberries fields forever.
Martin recuerda que los Beatles siempre buscaron nuevas formas de expresión y que el álbum supone un paso más en esa dirección. Yo creo que es una refundición del material de siempre a falta de composiciones nuevas y que no es necesario andarse filosofando, pero no niego que sonara muy bien y que el acompañamiento de las acrobacias del Cirque du Soleil dejarán al público boquiabierto. De hecho, uno de los aspectos del montaje que más me ha llamado la atención es que los aristas darán vida a algunos de los personajes que protagonizaron las canciones del cuarteto británico, a aquellos que poblaron el universo beatle, vaya, como el bigotudo sargento Pimienta, Mr. Kite (el señor cometa, en cuyo honor "there will be a show tonight") o Eleanor Rigby (a la que un día dedicaremos un post).